viernes, 11 de septiembre de 2009
Quiero ofrecer algo verdadero
Algo más que mis miedos y mis fracasos
Quiero ofrecer algo verdadero
Mucho más que mis necesidades y mis deseos
Quiero poder vincularme de forma sincera
Quiero abrir mis opciones y empezar a conocerme
No quiero entregarle mis miedos a otro
No quiero entregarle mis dudas a otro
No quiero entregarle mis fracasos a otro
Porque soy mucho más que una historia de dolor, mucho más que una historia de rencor.
Quiero sanar, quiero poder volar, quiero poder estar con otras personas, sin necesitar estar con ellas.
Quiero ser libre y poder relacionarme en libertad
Quiero descubrir mi propia libertad para poder compartirla
Quiero entender que el amor está dentro de mí y que no debo buscarlo afuera
Quiero recorrer este camino de la mano de Dios, porque es el que nunca falla.
Quiero encontrar mi verdadera esencia y ser capaz de unirla con la tuya, sin miedo a perder, sin miedo a nada.
Etiquetas: Espiritual, Personal
martes, 1 de septiembre de 2009
Después de varios meses post-ruptura, las cosas definitivamente se van quedando atrás. Las heridas terminan de sanar, los reclamos se desvanecen en el aire, las culpas se olvidan, y empiezas a creer que seguir pensando en toda esa historia de dolor y rencor es una pérdida de tiempo.
Cuando esto pasa, la sanación y el olvido están a la puerta de la casa. Y el perdón se está concretando ahí, en un lugar muy profundo del corazón. Hoy puedo decir que ya perdoné a Rofen. Cambié de película y boté el casette de "La historia de miseria que viví a su lado". Ahora en mi vida hay paz y tranquilidad, como antes no las había sentido. Ahora mi vida tiene un sentido y me siento descubriendo cosas y aprendiendo cada vez más.
Por eso, creo que tengo mi propia versión del perdón. Que es definitivamente un regalo de Dios. Pero aquí va, tal y como me sale del corazón.
El perdón es recuperar la paz después de una ofensa. No es olvidar lo que pasó, es volver a sentir que el corazón nos pertenece y que en él no hay lugar para el odio. El perdón no es para el ofensor, es un regalo para uno mismo.
Etiquetas: Espiritual, Personal